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domingo, 12 de marzo de 2017

Nacimiento por cesárea: 5 cosas que debes saber

Nacimiento por cesárea: 5 cosas que debes saber. 


Nacimiento por cesárea


¿Qué es una cesárea?

Una cesárea es un procedimiento quirúrgico que consiste en practicar un corte en el abdomen y el útero, a través del cual se extrae al bebé. En algunos casos, la cesárea se programa por anticipado, y en otros, se realiza cuando surgen complicaciones imprevistas.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés, alrededor del 33 por ciento de las mujeres estadounidenses que dieron a luz en el año 2011 lo hicieron mediante cesárea. (La tasa de cesáreas ha incrementado en un 60 por ciento en Estados Unidos desde 1996).

¿En qué casos me podrían programar una cesárea?

En algunos casos, es evidente que una mujer necesitará una cesárea incluso mucho antes que inicie el parto. Las condiciones que pueden requerir una cesárea programada son las siguientes:

  • Si tuviste una cesárea “clásica” en el parto anterior con corte uterino vertical (lo cual es relativamente poco común) o más de una cesárea. Estos dos casos incrementan de manera significativa el riesgo de una ruptura de útero durante un parto vaginal.
  • Si solo has tenido una cesárea con corte horizontal, puedes ser buena candidata para tener un parto vaginal después de una cesárea.
  • Has sufrido alguna otra cirugía uterina, como por ejemplo una miomectomía (extracción quirúrgica de fibromas).
  • Estás embarazada de más de un bebé (algunos gemelos pueden nacer por parto vaginal, pero todos los embarazos de trillizos o más bebés requieren una cesárea).
  • Se espera que tu bebé sea muy grande (esta complicación se denomina macrosomia), especialmente si eres diabética o has tenido otro bebé de igual tamaño o menor que haya sufrido traumatismos graves durante el parto vaginal.
  • Tu bebé viene de nalgas o está en posición transversal (de costado). En algunos casos, como en un embarazo gemelar en el que el primer bebé está ubicado cabeza abajo y el segundo viene de nalgas, es posible dar a luz de forma vaginal al bebé que está de nalgas.
  • Tienes placenta previa (cuando la placenta se encuentra tan abajo en el útero que cubre el cuello uterino).
  • Tienes una obstrucción, como un fibroma muy grande que pudiera hacer el parto vaginal muy difícil o imposible.
  • Se sabe que el bebé tiene una enfermedad o anomalía fetal que haría que el parto vaginal fuera peligroso. Uno de estos casos es cuando el tubo neural abierto no se cierra.
  • Eres VIH positivo y los análisis de sangre efectuados al final del embarazo muestran que tienes una alta cantidad del virus.

¿Por qué podrían hacerme una cesárea de emergencia?

Puedes necesitar una cesárea si surgen complicaciones que hacen que inducir o continuar con el parto vaginal sea peligroso. Estos casos son los siguientes:



  • El cuello del útero deja de dilatarse o el bebé deja de descender por el canal del parto, y los intentos de estimular las contracciones y reanudar el proceso no han dado resultado.
  • La frecuencia cardiaca del bebé preocupa al médico, por lo que este determina no continuar con una inducción ni con un parto vaginal.
  • El cordón umbilical se desliza por el cuello del útero (esto se denomina cordón umbilical prolapsado). Si eso sucede, el bebé necesitará nacer inmediatamente, porque un cordón prolapsado puede cortarle el suministro de oxígeno.
  • La placenta comienza a desprenderse de la pared uterina (desprendimiento prematuro de placenta), lo que significa que el bebé no tendrá suficiente oxígeno, a menos que nazca inmediatamente.
  • Tienes una erupción de herpes genital cuando empiezas el parto o cuando rompes aguas (rompes la fuente o bolsa). La cesárea ayudará a proteger a tu bebé contra la infección.

¿Cómo me preparan en caso de cesárea?

En primer lugar, el médico te explica por qué cree conveniente practicarte una cesárea y te pide que firmes una autorización. Si el profesional que usualmente te atiende es una comadrona o partera, te asignarán a un obstetra para la cirugía, quien tomará la decisión final y recibirá tu autorización.

En algunos países permiten que el esposo o la pareja pueda acompañar a la futura mamá durante la mayor parte de la preparación y durante el nacimiento (en Estados Unidos esto es posible). Ten en cuenta que en varios países, a los hombres no se les permite ingresar a las salas de parto.

En el raro caso de que la cesárea sea tan urgente que no le dé tiempo a tu pareja a cambiarse de ropa (ha de ponerse ropa esterilizada), o necesitas que te apliquen anestesia general, es posible que no le permitan permanecer contigo en el quirófano.

Después viene un anestesista que hablará contigo de las opciones para aliviar el dolor. Hoy en día, es muy raro que se administre anestesia general, excepto en las emergencias más extremas o si por alguna razón no puedes recibir calmantes locales (como epidural o bloqueo espinal).

Lo más probable es que te administren una anestesia epidural o espinal, que insensibiliza la parte inferior del cuerpo, pero te deja consciente y alerta para el nacimiento del bebé.

Si ya te han administrado epidural para el parto, se utilizará también para la cesárea. Antes de la cirugía, se te proporciona medicación adicional para asegurar que estés completamente anestesiada. (De todos modos, es posible que sientas presión o una sensación de tirón en algún momento de la cirugía).

Después te introducen una sonda para drenar la orina durante el proceso e inician una infusión intravenosa (para fluidos y medicación) si es que no tenías ya una puesta en el brazo. Te afeitan la parte superior del vello púbico y te trasladan al quirófano.

Te podrían dar antiácidos para beber antes de la cirugía como una medida de precaución. Si surge una emergencia, podrías necesitar anestesia general, lo que podría provocar que vomites mientras estás inconsciente y que inhales el contenido gástrico en tus pulmones. El antiácido neutraliza los ácidos de tu estómago para evitar dañar el tejido pulmonar.

Probablemente te administren antibióticos por la vía intravenosa para ayudar a prevenir infecciones después de la cirugía. (Algunos doctores ofrecen los antibióticos después de la cirugía, pero las recomendaciones más recientes requieren que los den antes de la cirugía). Seguidamente te administran anestesia y levantan una sábana por encima de la cintura para crear una barrera visual (así no puedes ver cuando te hacen la incisión).

Si quieres presenciar el momento del parto, pídele al médico o comadrona que baje un poco la sábana para que puedas ver al bebé, pero nada más. Si tu esposo o pareja te acompaña, podrá sentarse cerca de tu cabeza, recién vestido con la ropa del quirófano.

¿Cómo se hace una cesárea?

Una vez que la anestesia surte efecto, se te pasa un algodón o gasa con antiséptico por el vientre y probablemente el médico realice una pequeña incisión horizontal en la piel, sobre el pubis (en inglés lo llaman en lenguaje coloquial bikini cut o "corte de bikini").

Después corta a través del tejido subyacente, capa por capa, hasta llegar al útero. Cuando llega a los músculos abdominales, generalmente los separa manualmente (en lugar de seguir cortando a través de ellos) y los corre para dejar al descubierto lo que está debajo. Cuando llega al útero, hace un corte horizontal en su segmento inferior. Esto se denomina "incisión transversal inferior".

En raras circunstancias, el médico decide hacer una incisión uterina vertical o "clásica". Este podría ser el caso si el bebé es muy prematuro y la parte inferior del útero aún no está lo suficientemente fina como para cortar. (Si tienes esta clase de cirugía "clásica", es poco probable que puedas tener un parto vaginal en tu próximo embarazo).

Luego el médico mete la mano dentro y saca al bebé. Una vez que se corte el cordón umbilical, tienes la oportunidad de ver a tu bebé unos instantes antes de que se lo dé al pediatra o enfermera. Mientras el equipo médico está examinando al bebé, el médico saca la placenta y comienza a suturar (coser la incisión).

Después de examinar al bebé, el pediatra o la enfermera se lo dan por lo general a tu pareja, quien puede sostenerlo al lado tuyo para que lo puedas mirar, acariciar y besar mientras te suturan, capa por capa.

Los puntos que utilizan para tu útero se disolverán en tu cuerpo. La última capa —la piel— puede cerrarse con puntos o con grapas, que generalmente se quitan entre tres días y una semana después (el doctor podría usar puntos que se disuelven por sí solos). Cerrar el útero y el vientre lleva mucho más tiempo que abrirlos. Esta parte de la cirugía lleva por lo general unos 30 minutos.

Una vez terminada la cirugía, te llevan a la sala de recuperación, donde se te controla cuidadosamente durante unas horas. Si el bebé está bien, lo llevarán a la sala de recuperación y finalmente podrás tenerlo en brazos. Recibirás fluidos a través de la vía intravenosa hasta que puedas comer y beber.

Si tienes pensado amamantar, este es un buen momento para intentarlo. Te puede resultar más sencillo alimentarlo si ambos se acuestan de costado, cara a cara.

Estarás internada tres o cuatro días antes de volver a tu casa. Tu doctor hablará contigo sobre el medicamento para controlar el dolor. Muchos doctores utilizan anestesia, a través de la vía intravenosa, cuya cantidad podrás controlar tú misma. Y cuando puedas volver a comer y beber, te darán pastillas para el dolor a medida que las necesites.

Para más detalles sobre lo que pasa después de una cesárea, observa nuestro video que muestra cómo se recupera una mamá de una cesárea los primeros días después de dar a luz.

¿Cuáles son los riesgos de una cesárea?

Una cesárea es una cirugía abdominal importante, y por eso presenta más riesgos que el parto vaginal. Las mujeres que dan a luz mediante cesárea son más propensas a tener infección, hemorragias intensas, coágulos de sangre, más dolor después del parto, una estadía más extensa en el hospital, y una recuperación significativamente más prolongada.

Las lesiones en la vejiga o en el intestino (si bien son raras), también son más comunes.

Los estudios han encontrado que los bebés que nacen por medio de una cesárea electiva antes de las 39 semanas de embarazo, son mucho más propensos a tener problemas respiratorios que los bebés que nacen vaginalmente o por una cesárea de emergencia.

Además, si planeas tener más bebés, cada cesárea incrementa tu riesgo de esas complicaciones en futuros embarazos. Asimismo, también aumenta el riesgo de placenta previa y placenta acreta (que es la que está anormalmente adherida al útero).

No obstante, no siempre se puede —o se debería— evitar una cesárea. En algunas circunstancias, la cesárea es lo mejor que puedes hacer, por tu propio bien o el de tu bebé, o el de ambos. Pregunta a tu doctor exactamente por qué recomienda una cesárea. Habla sobre los riesgos y beneficios para ti y tu bebé en tu caso particular.

¿Cuándo podrá beber agua mi bebé?




¿Cuándo podrá beber agua mi bebé?





En general, no es buena idea dar agua para beber a tu bebé hasta que cumpla los 6 meses de edad. Hasta entonces, recibirá toda la hidratación que necesita de la leche materna o la leche de fórmula, incluso en climas calientes.

Dar demasiada agua a un bebé menor de 6 meses puede interferir con la habilidad de su cuerpo para absorber los nutrientes de la leche materna o de fórmula. Puede causarle también una sensación de saciedad en la pancita, lo que reducirá su deseo de alimentarse. Probablemente, pequeños traguitos de agua no harán daño a tu bebé, pero lo mejor es consultar la opinión de tu pediatra durante esos primeros seis meses. 

Aunque es raro, un bebé que bebe mucha agua puede desarrollar una condición conocida como intoxicación por agua, que puede causar convulsiones e incluso un estado de coma. La intoxicación por agua sucede cuando la ingestión de una cantidad excesiva de agua diluye la concentración de sodio en el cuerpo. Esto causa un desajuste en el equilibrio de electrolitos y hace que los tejidos se inflamen. 

Agregar demasiada agua en la preparación de la fórmula de tu bebé no sólo implica un riesgo de intoxicación por agua, también significa que tu bebé está recibiendo menos nutrientes de los que necesita. Sigue cuidadosamente las instrucciones de la preparación de la fórmula y no trates de hacer que rinda más, diluyéndola al usar más cantidad de agua de la recomendada.

En algunos casos — si tu bebé tiene gastroenteritis, por ejemplo — el doctor podría recetarle una bebida electrolítica para evitar una deshidratación

Cuando tu bebé cumpla 6 meses de edad, puedes darle pequeños tragos de agua si tiene sed. Pero no le des demasiada porque podría causarle un dolor de estómago o hacerlo sentir demasiado lleno para comer. Después de su primer cumpleaños, cuando tu bebé ya esté comiendo sólidos y bebiendo leche entera, puedes dejarle que beba cuanta agua quiera. 


Fuente BabyCenter en Español