Vistas a la página totales

lunes, 3 de abril de 2017

Un Papá en Prácticas


Un Papá en Prácticas



¿Se le hace menos caso al segundo embarazo que al primero? Un amigo comparte su reflexión sobre cómo está viviendo el embarazo de su segundo hijo.





A Leo lo tenemos olvidado, absorbidos como estamos por el día a día, por Maramoto, por las tareas del hogar, por el trabajo, por Tacatá, por todo en general. Apenas tenemos tiempo para reparar en él, para sentir cómo se mueve la barriga de mamá, para pensar en cómo será nuestra vida en apenas unos meses, cuando seamos cuatro; para pensar en ello, en definitiva, y hacerlo sin ahogarnos sin remedio en un vaso de agua que posiblemente esté vacío, pero que nosotros vemos tan lleno que nos agobia sentir que no hacemos pie.

Qué dos embarazos tan distintos. Muy especialmente para la mamá jefa, que pudo saborear el primero, tomárselo con toda la calma del mundo, hacer ejercicio, respirarlo. Y en este segundo va de cabeza, siempre con la sensación de ir corriendo, como quien huye para no ser engullida por el día. Y también para mí. Para los dos como pareja. A Leo apenas he tenido tiempo de sentirlo moverse y patalear mientras acaricio la barriga de su mamá. A Leo apenas lo pienso durante el día. A Leo aún no hemos ido a comprarle nada. Aunque realmente no le hace falta nada. Aunque aún estamos en la semana 26 de embarazo. ¿O era la 25? ¿O la 27? Con Mara nos sabíamos las semanas de embarazo. Contábamos hasta los días. Con Leo nunca sabemos en qué semana andamos.

A estas alturas a Mara ya le habíamos comprado la cuna. Y una minicuna balancín que nos enamoró en Mothercare después de buscar mil y una cunas online para bebés

 a través de google. Y el carro. Y unos cuantos conjuntos de ropa, porque siempre que íbamos a una tienda salíamos con algo para ella. Y otras mil y una cosas inservibles que fueron errores de principiantes, porque ahora sabemos que no necesitábamos tanto, que podíamos vivir sin ellas. Quizás por eso a Leo aún no le hemos comprado nada. Quizás sea porque hemos aprendido. O quizás porque no siempre nos acordamos de que está ahí. De que en unos meses va a llegar.

A Leo me gustaría decirle que no nos tenga en cuenta estos despistes, que le queremos aún sin habernos conocido, que nos va a hacer junto a su hermana los padres más felices del mundo. A Leo me gustaría susurrarle a través del vientre tenso de su madre palabras como las que Glauco Revelli le dedicaba a su hija cuando su mujer estaba embarazada y él (ellos) debía sentir algo parecido a lo que yo experimento cuando por un momento me paro y (por fin) pienso en él: “No tengas miedo, todo irá como tiene que ir. Si hay que sufrir, sufriremos; si hay que llorar, pues muy bien, lloraremos. Y luego, de una manera u otra, saldremos a flote. Esto te lo prometo. Duerme. No te preocupes por nada, y sobre todo escucha lo que te digo: no nos escuches. Cuando tú estés aquí, nosotros seremos diferentes, seremos mejores. Mejores de lo que jamás hemos sido”.

Fuente: este post proviene de Un Papá en Prácticas, donde puedes consultar el contenido original.

Menús a partir del año de edad



Menús a partir del año de edad





Ideas para combinar los alimentos que ya puedes incluir a su dieta.


Su primer año terminó, ha probado tu leche y las papillas que le preparaste. Pero, ¿qué le falta por comer? Seguramente tendrás algunas dudas respecto a su alimentación, y eso también es parte de ser mamá.


Durante esta etapa su cuerpo ya está lo suficientemente maduro para recibir otro tipo de alimentos en diferentes preparaciones. Sin embargo, es importante que antes de incluir algún alimento nuevo en su dieta pruebes poco a poco su tolerancia a éste para evitar alergias y otras complicaciones.

A continuación encontrarás algunos de los mitos más comunes sobre lo que debes y no darle darle de comer durante en esta etapa, tal vez los has escuchado de tu mamá o de algunas amigas:

Mito Realidad
No puede tomar leche de vaca A esta edad tu hijo ya puede consumir porque su estómago ya tiene las enzimas necesarias para degradarla.
Si no quieres que la tome, prueba con leches vegetales
Continuar con leche de fórmula
Es necesaria sólo para aquellos niños que no han llegado a su peso ideal y necesitan este tipo de leches enriqueceidas.
Debe de tomar mínimo tres vasos de leche Los beneficios de tomar leche se deben al calcio que aporta, sin embargo, no es una bebida hidratante. Tomar demasiada durante el día puede ocasionar obesidad por exceso de calorías.




Evita que coma huevo, nueces, chocolate o café Esta etapa es de aprendizaje, así que puedes darle  de vez en cuando un poco de estos alimentos. Hacer un balance de todo lo que comemos es mejor que pensar si existen alimentos buenos o malos.
No debes darle papitas, refrescos o caramelos Recuerda que siempre es momento de iniciar con los hábitos a la hora de comer, así que puedes ofrecérselos en algunas ocasiones, sin utilizarlos como premios o castigos.

Cocina sin azúcar, sal o condimientos A esta edad ya puedes empezar a agregar condimentos en la preparación de sus alimentos pero con moderación para que se vaya acostumbrando a los nuevos sabores. Evita condimentarlos en exceso pues en esta etapa adquirirá los hábitos para toda la vida.
Enseguida encontrarás tres menús con algunas ideas de cómo combinar los alimentos que ya puedes agregar a su dieta:

 Hora Menú 1 Menú 2 Menú 3
Desayuno 1/2 bolillo con 1 cda. de mermelada
1 vaso de leche
1 durazno ½ taza de cereal de granos enteros de avena
1 vaso de leche
1 plátano 1 hot cake de harina integral
1 vaso de leche
1 taza papaya con limón y sal
Colación 1 bebida láctea fermentada con Lactobacillus casei Shirota
10 uvas sin cáscara 1 alimento lácteo fermentado con fruta
½ manzana 1 queso tipo petit suisse
½ plátano
Comida ½ taza de sopa de letras con zanahorias
½ bisteck de res o 2 croquetas de atún
1 gelatina
Agua de limón ½ taza de arroz rojo con verduras
Pollo a la plancha
Agua de sandía ½ taza de caldo de pollo
¼ taza de arroz rojo
Verduras cocidas
1 pierna de pollo desmenuzada
Agua de tamarindo
Cena 1 quesadilla con tortilla de maíz
1 vaso de leche 1 pan con queso
1 vaso de leche 1 rebanada jamón
Verduras cocidas (zanahorias, chayote)
1 vaso de leche


Algunas cosas que ya puedes utilizar para preparar sus alimentos son:

Pimienta negra (poca)
Sal de grano (poca)
Aceite vegetal, de oliva, coco o aguacate
Consomé de pollo natural
Salsas sin picante
Perejil, cilantro o hierbas frescas
Verduras en guisados que darán mucho sabor
Recuerda que cada niño es diferente y las cantidades que se dan no son un patrón exacto, éstas dependerán de su desarrollo y crecimiento en el primer año.

Tu labor en esta etapa es presentarle los alimentos de otra forma distinta, divertida y con más sabor. Evita obligarlo a comer las mismas cantidades que sus hermanos más grandes o sus compañeros de la escuela, los niños tienen su centro de saciedad bien controlado, por lo que ellos, mejor que nadie, sabrán cuando están satisfechos.

Si existe algún alimento que no quiere comer busca una forma de presentárselo, los niños se sienten atraídos por alimentos llenos de color y de formas divertidas.


Fuente: MARYBEL YÁÑEZ