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lunes, 27 de marzo de 2017

A los 3 años: habla, corre y se relaciona



A los 3 años: habla, corre y se relaciona





La experta Annie de Acevedo te explica qué debes observar en tu hijo, para estar tranquilos.



Cuando el niño llega a los tres años, es importante observar ciertos aspectos del desarrollo del pequeño en tres áreas fundamentales: el desarrollo del lenguaje, la habilidad motora y la parte social.

Empecemos por el lenguaje, un tema clave.

A los tres años un niño debe tener un lenguaje que le permita expresar sus necesidades.  Por lo general, los niños de esta edad usan frases cortas, lógicamente construidas y en orden, aunque cometan algunos errores gramaticales o errores de pronunciación.  La “rr”, por ejemplo, es un fonema muy difícil de pronunciar, y a veces no llegan a hacerlo sino hasta los cuatro años.  También pueden cometer errores en la conjugación de los verbos, como decir “yo sabo”, aunque progresivamente los van disminuyendo.  El vocabulario es reducido, pero crece día a día, y también a esta edad los niños deben comenzar a ser capaces de narrar o contar algo.

Para tener una idea clara de cómo va el proceso de desarrollo del lenguaje,  en psicología se usa un ejercicio sencillo que consiste en que el niño repita, en orden, tres palabras no relacionadas por solicitud de un adulto.  El niño que es capaz de hacer eso muestra que su proceso audio-verbal va por buen camino.  Lo más importante es que el proceso fluya y vaya mejorando cada día, aunque sea lento.  Hay que alarmarse solo si se nota un estancamiento o un deterioro.


En cuanto a la parte motora, el desarrollo de esta área es fundamental a los tres años.

Un niño que a esta edad es muy verbal pero no se mueve, está mostrando que algo no anda bien.  En los primeros cinco años de vida el área bandera de desarrollo es la motora, y un niño que tenga problemas allí hay que prestarle atención muy rápidamente,  estimularlo a través de actividades que propicien el movimiento, como salir regularmente al parque o al campo, o iniciarlo en un deporte.

A los tres años el niño ya tiene que estar bajando bien las escaleras, alternando las dos piernas; debe poder nadar y, por eso, si es posible, es bueno inscribirlos en clases de natación; debe poder saltar bien, columpiarse y mantener el equilibrio por un rato.




En cuando a lo que se conoce como motricidad fina, un niño de tres años ya empieza a agarrar bien un crayón o un lápiz grueso, y comienza a hacer una figura humana que no tiene cuello ni cuerpo, sino que es como una cabecita de la que salen los brazos y las piernas, una arañita, como la llamamos en psicología.

En lo que se refiere a la parte social, se debe observar cómo se relaciona con otros niños, porque hasta los dos años y medio el niño juega paralelamente, es decir, que no interactúa con los demás.  Pero ya a los tres años, cuando empieza a ir a otros sitios, comienza a interesarse por los otros niños, aunque siga un poco temeroso.

En este momento ya  es capaz de compartir sus juguetes y puede jugar con otros niños durante 5 o 15 minutos, aproximadamente, antes de cambiar de actividad.  También puede empezar a mostrar ciertas preferencias en sus amistades, lo que muestra que está  comenzando a manejar bien sus emociones alrededor de sí mismo y de los demás, y que tiene una buena autoestima.

Entonces, si ves que tu hijo está  hablando y expresándose bien, que se está moviendo y está aprendiendo a manejar su cuerpo, y que está empezando a relacionarse bien con los demás, puedes estar tranquilo

Fuente:  Annie de Acevedo

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